Todo lo bueno vuelve
Una cena con Pablo Malaurie


Cuando escuché por primera vez alguna canción de Pablo Malaurie me quedé atravesado por esa voz con la sensibilidad por encima de todo lo demás, de la historia, de la música, como un quejido que sale desde un lugar que no acepta otra cosa que no sea vibrar como se siente.
“Cuando canto parece que estoy sufriendo. También estoy disfrutando”

Gracias a un amigo común, vos Matías, Pablo estuvo cantando en el lanzamiento de Sr. Dalton, unas zines de la casa y lo que hizo ahí, en Purr, fue maravilloso, sencillamente, con las canciones anotadas en un papelito ínfimo nos dejó a todos encantados, tranquilamente, con una guitarra recién prestada de otro local de la galería nos regaló canciones preciosas.



Una de ellas, Seymour Cassell, la usamos para el último número de Cíclope y nos encantó cómo quedó. Quedó emocionante, me decía Pablo, la miré un montón de veces. Y yo la abría y volvía a abrirla para volver a escucharte, nos regalábamos mutuamente.




Quedamos en encontrarnos para conversar y el lugar fue un hallazgo súper recomendable para cualquiera que ande por el barrio de Once, el restaurant se llama Bi Won, Junín entre Lavalle y Tucumán, de afuera parece un hotel desmantelado, pero adentro resulta ser un lugar ideal sin que le sobre alguna columna pornera o un rincón con filtraciones.
Empezamos a hablar y se reconoce en un segundo que el dueño de esa

música que va al compás del corazón, o viceversa, es una persona que desconoce las poses y olvida fácilmente los seteos de las temporadas de entrevistas.
Nos dedicamos a encontrarnos, conversar y disfrutar de la casi infinita variedad de platos de nombres musicales con manjares coreanos que el gentil mozo tucumano nos quiso servir, despejen el centro chicos.


Cuándo empezó todo esto?
Mi viejo tocaba la guitarra, mi vieja cantaba, era algo que estaba en la casa. Siempre me acuerdo que lo primero que toqué fue La Marsellesa en una sola cuerda. Jugaba con la guitarra en la cama de mis viejos, mientras miraba las chicas de Benny Hill.
Al principio sólo tocaba blues, después formamos Bárbara Feldon, que pasó a llamarse Mataplantas, un plan más rockero.

Después de Mataplantas apareció el Juglar Anónimo y un disco precioso en el que unas ninfas le auguraban un buen momento al sátiro.


Tapa de El Festival del Beso. Ninfas y sátiro, de Guillermo Adolfo Bouguereau.

El Festival del beso es música nueva del año 500, un disco inspirado en una película a filmarse alguna vez. Un disco artesanal, hecho a mano, 500 copias, me llevaba como 25 minutos hacer cada uno, doblarlos, pegarlos, le escribía a mano algo a cada uno, había abierto una casilla postal para recibir los mensajes.


Unas vocales se van convirtiendo en palabras que riman y suenan al compás de las cuerdas, que se mezclan y se convierten en una canción que te pegan en el centro del pecho. Y de la misma forma que esas canciones, Pablo cuenta cosas que te hacen devolverle la intimidad y contarle cosas tuyas.

Pablo tiene una voz emocionante, íntima y singular para contar la verdad de todo lo que le pasa, cuando canta y cuando habla mientras pasan los sabores de las hojas de cardamomo, cítricas y picantes envolviendo un copo de arroz, el brócoli, los pepinos, los nabos, el tofu, la carne crocante, el corazón está en la mesa y el fuego en los ojos.





¿Dónde encontraste esta forma de cantar, de sacarte las cosas de adentro?
Lo primero que me cuenta es que recuerda a su abuela Pichina con la cofia en la cabeza, cantando una canción en falso italiano mientras lavaba los platos en la cocina.
Gracias a ese disco estuve hasta hace unos días en un departamento amueblado en San Telmo, una

amiga de una amiga le mostró “El festival…” a su mamá, que vive en EEUU, cuando vino de visita a Buenos Aires vino a ver un show mío y me dijo que me quedara por un alquiler súper accesible, que quería que yo viviera en esa casa. Ahora me acabo de mudar, no tengo nada en casa. También se editó en Japón y ahora está haciendo la segunda edición.



Gracias a El Festival llegó Vincent Moon y grabaron ese video precioso caminando por Buenos Aires. ¿Cómo te contactó?
Cuando hicimos ese video con Moon yo no sabía qué pasaba, no sabía qué quería él, había tensión, hasta me sentía un poco incómodo a veces, como cuando nos encontramos con esa familia haciendo la ronda, me parecía invasivo, pero él sabía lo que quería y lo que contó fue de alguna forma mágico.
¿Y gracias al video llegó el mail de Rumania?
Un día me llega un mail de una chica rumana que me hablaba de hacer la
música para una película, le respondí y estuve dos meses en Rumania.
la película se llama Loverboy y la dirige Catalin Mitulescu (cuenta la historia de lo que acá es un vividor, un cafiolo, es una película sobre un tipo real que vive de enamorar chicas del campo para luego prostituirlas)
De hacer la banda pasé a tener un papel, hacía de Aurica, un tipo medio vagabundo del pueblo de Harsova… en la película me preguntan:
-Tenés hambre? - Cerveza, Respondo yo. y me traen unas papas fritas.
Tengo la escena de Pablo en Loverboy, veamos qué sucede, si la quieren ver avisen y la subo... Esta es la intro con la música de Pablo.





Mientras estuve allá le pedí prestada una cámara a la peinadora, una chica de Transilvania y con todo el material que grabé estoy armando algo que al principio pensaba que era un documental, pero ahora lo veo más como un soundtrack con imagen. Tengo horas de grabación.
¿Tenés fotos de cuando estuviste allá?


¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy grabando un disco desde enero, todavía no lo termino de entender porque hay canciones sin terminar, pero es un viaje que va de una cabaña destrozada a una discoteca.

¿Me contás algo más sobre el disco?
Mis convicciones hoy en día duran alrededor de dos horas. Ahora te puedo decir que estoy trabajando el género “tecno de llorar” y viendo cómo se integra eso al resto de las canciones, pero quizá volvamos a grabar todo con algún instrumentito de 3 o cuatro cuerdas. Creo que es mi música de siempre grabada con diferentes juguetes.
¿Tenés todas las canciones armadas cuando entrás a grabar? Con quiénes lo estás haciendo?
Las canciones están, pero el resto de los músicos no las conoce.

A la hora de grabar, compartimos de qué se trata y vemos qué surge. Es un método a riesgo que en muchos casos nos dio resultados impresionantes.Lo estoy grabando con Mariano Esaín como productor y los músicos Nacho García, Nicolás Gullotta, Adrián Rivoira y Tomás Molina Lera. Me imagino cómo arde esa cabaña, la cena se termina, pasamos por San Telmo, la curva de la casa rosada es un trampolín precioso, la noche se evapora.
Ahora me quedo escuchando El Beat de la Cuestión, esperando conocer cómo se desarma la cabaña, o cómo será el viaje hacia la disco, que según parece sale en marzo!

Invitado a cenar por Flavio Affonso

©FIBRA ENERO 2013

THE VERY VERY OFFICIAL FB PAGE OF PM
SOUND CLOUD - PABLO MALAURIE
PABLO TUMBLR

© FIBRA CASA EDITORA 2013